LA PASIÓN DE JUANA DE ARCO (1927) de C. Th. Dreyer
Musicalizada en vivo por El Sagrado Familión
Existe entre la obra de arte y el hombre tal semejanza que del mismo modo
que se habla del alma del hombre podemos hablar también
del alma, de la personalidad de una obra de arte
Carl Theodor Dreyer
“Algunos apuntes sobre el estilo cinematográfico” (1943)
El Sagrado Familión culminó el Viernes 7 de Mayo de 2010 su “Primer Ciclo de Cine Mudo” con la musicalización en vivo de La Pasión de Juana de Arco, película muda francesa del director danés Carl Theodor Dreyer (1889-1968) filmada entre febrero y noviembre de 1927 en París y estrenada el 21 de abril de 1928 en Copenhague y el 25 de octubre de 1928 en París por la Société Générale des Films.
En palabras del propio Dreyer: “Mi intención, rodando La passion de Jeanne d`Arc, era, a través de las mitificaciones de la leyenda, descubrir la tragedia humana, y detrás de la aureola falsa, encontrar aquella muchacha visionaria de nombre Juana. Quería demostrar que también los héroes de las historias son seres humanos. Para facilitar la comprensión de éste, mi mensaje, reduje el escenario a simples sugestiones y elegí el vestuario de manera que fuese lo más semejante posible a los tiempos actuales. Y en Jeanne d`Arc pude llevar a cabo finalmente lo que había perseguido durante años: que actores y figurantes, todos indistintamente, recitasen sin el más mínimo maquillaje. Este hecho no representaba sólo el alcanzar un objetivo en sí mismo, sino que era un nuevo medio para llegar a la verdad estética y psicológica del sujeto” (Citado en el libro Carl Theodor Dreyer, de J. A. Gómez García. Editorial Fundamentos, Madrid, 1997).
El film cuenta con las actuaciones de Marie Falconetti (Jeanne d´Arc) y Antonin Artaud (Jean Massieu) entre otros. Luego de haber sido mutilada por las críticas y censuras de la Iglesia y el Estado, los negativos originales de la película se perdieron durante un incendio (es decir por fuego) en los laboratorios de la UFA en Berlín. Dreyer llevó a cabo una “reconstrucción" a partir de los negativos que habían sido descartados durante el primer montaje, copia que fue igualmente “quemada” (en otras versiones simplemente desaparecida) durante la Segunda Guerra Mundial. Llega hasta nosotros durante poco menos de medio siglo a través de copias cercenadas, con diálogos cambiados, con una música “de la época” ineficiente (Dreyer nunca se decidió por un score musical definitivo), en un montaje realizado por el investigador J. M. Lo Duca, distribuido comercialmente en Europa desde 1952. Hasta que en 1981 es descubierta una copia danesa en los archivos de un hospital psiquiátrico en Noruega, con la que se reconstruye la versión francesa (en 1985), probablemente la más cercana a la original.
Además de sorprender la relación directa entre el hecho histórico de la Juana de Arco de 1431 (martirizada en la hoguera) y la película de Dreyer, llama la atención su “descubrimiento” entre unos archivos de un hospital psiquiátrico en Noruega, tomando en cuenta que uno de sus más brillantes actores, el poeta y ensayista Antonin Artaud (Jean Massieu), representó en vida una suerte de martirio perpetrado precisamente por la psiquiatría, habiendo sido torturado con electroshock y drogas estratégicamente legales durante su estadía en el manicomio de Rodez. Porque la película de Dreyer da la impresión de ser más que una película: es “algo” vivo, una obra con alma, incluso un oráculo, una llama encendida, atravesada por una fuerte y profunda búsqueda espiritual, amargamente solitaria, de una religiosidad que va más allá de toda religión y toda filosofía, un cuestionamiento total de los cimientos, tal como fue la misma Juana De Arco.
Massieu, interpretado por Artaud, se acerca a la celda de Juana para decirle: “Juana, hemos venido a prepararte para la muerte”. Con una mirada sorprendida dice ella: “¿Es hora ya?”, y luego de un larguísimo silencio, donde Massieu lucha por contener las lágrimas, pregunta ella: “¿Qué muerte?”. Massieu: “En la hoguera”. Después de esto el diálogo se desarrolla lentamente, con intensidad. Massieu pregunta repentinamente: “¿Y la gran victoria?”. Juana de Arco: “… será mi martirio”. Massieu: “¿Y tu liberación?”. Juana de Arco: “…Será mi muerte…”
Sobre esta escena escribe Artaud en 1973, en su artículo titulado “El cine”: Por cierto que en la escena final del martirio moral de Juana, antes del suplicio, antes de la comunión […],la especie de exaltación comunicada a [Massieu] por Juana, por la situación y la escena quizás no era indispensable, pero estuvo dictada por la emoción misma de los hechos, y Dreyer no intentó evitarla”.
Fue su martirio su propia obra escatológica, como imagen profética de la fatalidad del mundo. Su cadáver calcinado y negro fue la muestra de la destrucción simbólica del mundo, la prueba de cómo Juana se fue del mundo desgarrando las telas de la realidad. Al igual que Cristo, sólo en la muerte se crea la obra, el opus. Dreyer nos presenta a Juana casi exclusivamente en primeros planos donde sólo vemos su rostro, con los ojos en éxtasis, desorbitados de la maravillosa Falconetti. Nos hace sentir la asfixia del Juicio, el caluroso ambiente enrarecido. Y es la Iglesia, no como religión sino como institución, la que con sus artimañas hizo que la hoguera (es decir, el martirio) fuera la única salida ineludible para Juana. Maliciosamente, ya que todas sus trampas fueron esencialmente retóricas.
En este sentido, el martirio mismo es una conjunción de los contrarios que desemboca en lo fatal, que a su vez es la apertura a la liberación, a la gran victoria. La Iglesia en el fondo nada tiene que ver con el cristianismo real en el que creía Juana.
Tal como escribió Artaud en 1929:“Y cualesquiera que sean mis ideas sobre el cine, sobre la poesía, sobre la vida, me he dado cuenta por una vez de que no estaba en contacto con una estética, o una idea preconcebida, sino con una obra, con un hombre empeñado en elucidar uno de los problemas más angustiosos que existen: Dreyer empeñado en mostrar en Juana de Arco una víctima de una de las deformaciones más dolorosas que existen, la deformación de un principio divino al pasar por los cerebros de los hombres, llámese Gobierno, o Iglesia, o de cualquier otra manera”.
FICHA TÉCNICA. Dirección: Carl Theodor Dreyer. Asistente de Dirección: Paul La Cour y Ralph Hola. Producción: Sociéte Générale des Films. Argumento: Basado en las actas originales del proceso (y según se supone, en dos novelas de Joseph Deltreil: Vie de Jeanne d`Arc y La Passion de Jeanne d`Arc) Guión: Carl Theodor Dreyer y Joseph Delteil. Fotografía: Rudolph Maté. Montaje: Carl Th. Dreyer, asistido por Mme. Oswald. Dirección artística: Hermann Warm, Jean Hugo. Vestuario: Valentine Hugo. Asesor histórico: Pierre Champion. Música original: Victor Alix, Léo Pouget. [Sonorizado en 1952 por F. M. Duca y Edgar Bischoff. Temas musicales de Tomasso Albinoni, Francesco Geminiani, Giovanni Battiste Sammartini, Alessandro Scarlatti, Giuseppe Torelli, Antonio Vivaldi y J. S. Bach]. Duración: 98 minutos Año: 1927. FICHA ARTÍSTICA: Marie Falconetti (Jeanne D´Arc) Eugène Silvain (Pierre Cauchon), Maurice Schutz (Nicholas Loyseleur), Michel Simon (Jean Lamaître), Antonin Artaud (Jean Massieu), André Berley (Jean d´Estivet), Jean d´Yd (Guillermo Evrard), Ravet (Jean Beaupère), André Lurville, Jacques Arma, Alexandre Mihalesco, Robert Narlay, Henri Maillard, Jean Aymé, Leon Larive, Henri Gaultier, Paul Jorge, Dalleu, Dacheux, Persitz, Derval, Bac, Valbret, Fromet, Argentin, Piotte, Polonsky, Dmitrieff, Marnay, Gitenet, Fournez, Goffard, Ridez, Beri, Delauzac, le Fon, Vlesa, Nikite, Bazine (los jueces), Sommaire, Badin (los carceleros), Granovski, Rouf, Martoff (los verdugos).
La experiencia de ponerle música en vivo a esta película por parte de El Sagrado Familión se llevó a cabo por primera vez en público, el viernes 16 de octubre de 2009, en el Centro Cultural Chacao.
Este artículo tiene extractos del libro Apuntes sobre la decapitación y otros ensayos de Andrés Levell.
EL SAGRADO FAMILIÓN es una agrupación musical venezolana cuya búsqueda marcadamente experimental explora frecuentemente en diversas áreas y disciplinas asrtísticas que van desde la danza, las artes plásticas, performance y cine, así como se nutre de lo ritual, lo sagrado y lo religioso, con lo que el resultado es un “acto” transdisciplinario y transcultural, que busca dialogar con lo sagrado.
Leonor Lanza Voz y Arpa Ditirámbica
Gorgias Sánchez Clarinete Bajo, Saxo Soprano
Jaime De Armas Flauta Dulce Bajo, Flautas de PVC, Tubo de Cañería con embocadura de tuerca
Salim Inaty Percusión
Andrés Levell Piano, Piano Preparado, Lyra Ditirámbica
EL SAGRADO FAMILIÓN explora diversas formas de creación colectiva, valiéndose de la improvisación como herramienta central, trabajando desde la improvisación libre hasta el formato de “obra abierta”, pasando por la improvisación dirigida e improvisación con pautas específicas (como en el caso de la musicalización de películas mudas).
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